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Influenza porcina: Mitos y realidades

Influenza porcina: Mitos y realidades 29 de Abril de 2009. Nota tomada de elnorte.com sobre entrevista con el Dr. J ose Tirán y el Dr. Javier Ramos, maestro, investigador y jefe de Infectología del Hospital Universitario (UANL).

La gran cantidad de información y restricciones preventivas sobre la influenza porcina han desorientado a los regiomontanos. Para despejar dudas sobre mitos y realidades en torno a la enfermedad, los infectólogos Javier Ramos y José Tirán entablaron ayer una charla con los cibernautas de elnorte.com, quienes hicieron más de 200 preguntas. Ésta es una selección de las dudas más recurrentes y las respuestas de los expertos.

MITO: El cubrebocas salva
REALIDAD: Depende

Para que un cubrebocas sea efectivo es necesario que tenga el filtro adecuado, pero el usarlo no te blinda contra la enfermedad, porque además tienes que lavarte las manos frecuentemente, evitar contacto con enfermos y no tocarte ojos, nariz y boca. Además, el virus no está en el aire como para portarlo siempre. Es necesario para los médicos y enfermeras que atienden a un paciente con sospecha de contagio. También debe portarlo quien cree o tiene la enfermedad. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos, recomiendan los respiradores N95 o con un filtro mayor, como N99, que sí evitan la inhalación de micropartículas. Se deben usar sólo una vez, mientras se está expuesto a un enfermo (o posible enfermo) y luego tirarse. Aquí están disponibles en tiendas de productos médicos a unos 50 pesos por pieza.

MITO: Se deben cancelar los viajes
REALIDAD: No si son muy necesarios

Hay que tranquilizarse. Si se tiene un viaje y realmente es imperativo que se haga, no hay que posponerlo, pero sí se deben tomar precauciones: no saludar de mano o beso, lavarse las manos constantemente y no acercarse mucho a las personas para evitar los fómites (partículas líquidas o de mucosa donde puede estar contenido el virus), que es lo que puede causar contagio. Pero si no es extremadamente necesario viajar, hay que aplazarlo. Ya que bajen los números y se tenga un poco más de control sobre los casos, se podrán reanudar las actividades normales.

MITO: Es un mal incurable
REALIDAD: Si se atiende a tiempo, es curable

Este tipo de virus es curable. Lo que se busca es emitir medidas de prevención para que la población acuda a tiempo a ser atendida. Si es así, los casos se podrán resolver de manera favorable para todos los afectados. Si una persona llega a enfermarse y sale adelante con tratamiento, esto le confiere cierta resistencia a futuras infecciones. En este caso, como es una cepa nueva, no hay inmunidad conocida por el ser humano porque no había tenido esta exposición al virus.

MITO: El virus vive en el aire
REALIDAD: El virus sobrevive en el aire muy poco tiempo

Quizá sobreviva minutos o unas horas dependiendo del material biológico expulsado del cuerpo que lo contenga, de la humedad y de la temperatura del ambiente. El simple lavado de manos ayuda a evitar el contagio.

MITO: Las embarazadas son más vulnerables
REALIDAD: Depende

Una mujer embarazada, por su estado, puede tener disminuidas las defensas, pero hasta ahora no hay ningún caso reportado de contagio como tal. En caso de que se diera, hay medicamentos disponibles que se pueden administrar en embarazadas sin riesgo para el bebé. Como prevención, se les recomienda llevar gel antibacterial a la mano. Hay unos que son seguros para el embarazo, como el que no contiene elementos teratogénicos. Sin embargo, la clave es lavarse las manos con agua y jabón. Es imperativo que las embarazadas no acudan a hospitales por ahora. Si trabajan, pueden continuar, siempre y cuando en su centro laboral no haya nadie que potencialmente tenga el riesgo de padecer un cuadro gripal.

MITO: ¿Gripa? Estás contagiado
REALIDAD: No necesariamente.

Actualmente se vive la etapa final de la gripa o influenza estacional. Si se está agripado no significa necesariamente que se sufran síntomas de la influenza porcina. Se puede tener fiebre, dolores musculares, dolor faríngeo y no requerir hospitalización. Eso sí, es muy importante, si se está agripado, acudir con el médico familiar, internista o general para evaluar si los síntomas están o no realmente vinculados al virus. Quienes requieren realmente hospitalización son los pacientes con complicaciones respiratorias.

MITO: La carne de cerdo puede estar infectada
REALIDAD: El contagio no es con la carne de cerdo

La carne de cerdo bien cocida, como siempre se ha recomendado, no provoca ningún tipo de problema.

MITO: Es un complot contra México
REALIDAD: El complot es una ficción

Culturalmente, existe la tendencia a buscar conspiraciones y negar la realidad. Decir que es un complot o un virus experimental y que fue sembrado en México es una historia falsa. Hay e-mails que aseguran que se trata de un virus de diseño o que en el Instituto Nacional de Rehabilitación, en el DF, han estado muriendo médicos y pacientes. No son ciertos. De hecho, los infectólogos ya esperaban que sucediera una epidemia así desde hace tiempo. Por esta razón, la OMS estaba lista para emitir alertas y ordenar la contención de esta enfermedad.

MITO: La influenza porcina es mexicana
REALIDAD: No hay evidencia de su origen

De la influenza hay tres cepas principales: la A, B y C y se sabe que este virus, que ahora es una epidemia nacional, es una cepa del grupo A H1N1, que tuvo una mutación que regularmente es de origen porcino. La diferencia estriba en que esta cepa permite el contagio humano-humano. Apareció en México, pero falta más investigación para saber dónde se originó realmente.

MITO: Tras el 6 de mayo, finaliza la emergencia
REALIDAD: Hay que estar bien informados

Luego del 6 de mayo, fecha que las autoridades estatales dieron para el regreso a clases, se deben mantener las medidas sanitarias preventivas que recomienden las autoridades de salud. Hay que contar con información de primera mano. Obviamente, hay que continuar con los hábitos de higiene tradicionales, como lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño.

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