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Artículos de interés / Enfermedades e infecciones


Herpes Genital

Herpes Genital El herpes genital es una infección de transmisión sexual (ITS) que se contagia a través del contacto, la mayor parte durante la actividad sexual. El herpes genital es probablemente mejor conocido por las ronchas, dolor y las ampollas que causa. Estas ronchas pueden aparecer alrededor de los labios, genitales o el ano. El lugar donde las ronchas aparecen es en el lugar original por donde entró el virus a tu cuerpo. El herpes puede ser contagiado a través del contacto directo con estas ronchas, pero también se puede contagiar incluso si no ves una roncha.

¿Cómo ocurre una infección?
El virus del herpes se puede pasar a través de alguna herida de tu piel durante el sexo vaginal, oral o anal. Puede entrar por las membranas húmedas del pene, vagina, uretra, cervix, o ano. Una vez que el virus entre al cuerpo, infecta a las células saludables. El sistema de defensa natural de tu cuerpo empieza entonces a combatir el virus. Esto causa ronchas, ampollas, dolor e hinchazón. Además de los órganos reproductivos, el herpes genital puede afectar la lengua, boca, ojos, encías, labios, dedos y otras partes del cuerpo. Durante el sexo oral, el herpes se puede pasar de una roncha seca sobre la boca a los genitales de la pareja o viceversa. Puedes incluso contagiarte si tocas una roncha y luego te frotas o rascas otra parte de tu cuerpo, especialmente tus ojos. El virus del herpes puede sobrevivir por varias horas fuera del cuerpo. Sin embargo, no existe prueba de que se pueda agarrar de asientos de baño, tinas, u otros objetos.

Síntomas
Muchas personas infectadas con herpes no tienen síntomas. El cuando ocurren síntomas depende de cada persona. Algunas personas tienen ataques dolorosos con muchas ronchas, pero otros tienen síntomas ligeros. Si tienes síntomas, por lo general aparecen entre 2 y 10 días después de que el virus haya entrado al cuerpo. Durante este tiempo, te puedes sentir como si tuvieras gripa. Puedes tener las glándulas inflamadas, fiebre, escalofríos, dolor muscular, fatiga, y náusea, además de tener ronchas. Las ronchas aparecen como unas ampollas pequeñas, llenas de fluido en los genitales, glúteos, y otras áreas. Las ronchas por lo general se agrupan en racimos. Un sentimiento de ardor o quemadura se puede percibir al orinar, también. El primer contgio por el herpes genital puede durar de 2 a 4 semanas. Durante este tiempo, las lesiones se rompen y drenan liquido. Durante un periodo de días, las ronchas se cierran y se curan sin dejar cicatrices. Si reinciden las lesiones, puedes sentir quemaduras, picazón, o como si la herida estuviese cerca de donde el virus entró por primera vez. Puedes sentir dolor en la espalda baja, gluteos, muslos o rodillas. A estos síntomas se les conoce como percusores. Algunas horas después, no van a aparecer ronchas. En infecciones recurrentes, por lo general no hay fiebre y no hay hinchazón en el área genital. Algunas sanan rápido, entre 3 ó 7 días en la mayoría de los casos. Por lo general, las infecciones recurrentes son menos dolorosas. Consulta a tu ginecólogo de inmediato si tienes síntomas de herpes genital. Hay infecciones que causan síntomas similares, por lo que tu ginecólogo debe confirmar el diagnóstico.

Diagnóstico
Tu ginecólogo puede diagnosticar herpes utilizando uno o más exámenes para detectar la infección. La forma más acertada es tomar una muestra de la roncha y ver si el virus crece en un fluido especial o por PCR. Los resultados pueden tomar cerca de una semana. Un resultado positivo confirma el diagnóstico, pero un resultado negativo no lo descarta. Los exámenes de sangre son bastante útiles en algunos casos. Estas pruebas revisan los anticuerpos que el cuerpo produce para combatir el virus. Esto puede ayudar a mostrar si es una infección recurrente o una infección nueva.

Tratamiento
No existe una cura contra el herpes genital. Existen, sin embargo, medicinas orales para ayudar a controlar el curso de la enfermedad. Las medicinas pueden acortar el largo de un brote y puede ayudar a reducir las molestias. Si tienes brotes repetidos, tomar medicina diariamente puede reducir muchísimo los síntomas. En muchos casos, puede ayudar a evitar brotes por mucho tiempo. También reduce las posibilidades de propagar el herpes. Algunas mujeres escogen tomar la medicina durante el tiempo de percusores y cuando las ronchas aparecen. Pregunta a tu ginecólogo qué tipo de tratamiento es adecuado para ti. La mayoría de las personas pueden decir cuándo están teniendo un brote. Aprender a saber qué hacer durante un brote puede ayudar a reducir las molestias que vienen con el brote. Algunas mujeres tienen casos severos de herpes. Ellas pueden necesitar ser tratadas en un hospital con intravenosa.

Evitando recurrencia
Aunque las ronchas de herpes sanan en días o semanas, el herpes no deja tu cuerpo. El virus viaja por las neuronas cerca de tu espina dorsal, y se queda ahí hasta que algún evento desata otro brote. El virus puede entonces dejar su lugar de descanso y viaja a través de los nervios, de vuelta a donde entró por primera vez al cuerpo. Esto puede hacer que reaparezcan nuevas ampollas. A veces el virus está presente aún y cuando no veas ninguna roncha. Nadie está seguro de por qué algunas personas presentan recurrencias de herpes. Un detonante parece ser el estrés, tanto emocional como físico. Los brotes pueden ocurrir de nuevo cuando una mujer está bajo presión o cuando la resistencia está baja debido a una gripa. Para prevenir brotes, mantén tu cuerpo fuerte, descansa, consume una dieta balanceada, y aprende a lidiar con el estrés. Cerca del 90% de las personas con herpes tienen brotes repetidos. Qué tan seguidos sean estos brotes varía grandemente de persona a persona. Algunas personas tienen sólo uno o dos brotes al año, mientras que otras pueden tener hasta cinco u ocho. Sin embargo, la mayoría de los brotes repetidos son más ligeros que la primera vez.

Prevención
Si tú o tu pareja tienen herpes oral o genital, eviten tener relaciones sexuales durante el tiempo de los síntomas percusores hasta algunos días después de que las sarnas hayan desaparecido. No tener sexo no significa que no puedan besarse o abrazarse. Sólo asegúrense de que las lesiones y sus secreciones no toquen la piel del otro. Lava tus manos con agua y jabón después de cualquier posible contacto con las lesiones. Esto va a evitar que te reinfectes o pases el virus a alguien más. Es posible que le puedas pasar el virus a alguien incluso si no tienes las ronchas. Esto se debe a que el virus puede estar presente sin causar ningún síntoma. Usar condón puede reducir tu riesgo de pasar u obtener herpes genital, pero no protege contra todos los casos. Aunque el virus no puede cruzar el condón, las lesiones que no estén cubiertas por el condón pueden causar una infección. Usar un condón también puede ayudar a evitar la propagación de otras ITS.

Herpes genital y el embarazo
Si estás embarazada y tienes herpes, dile a tu ginecólogo. Durante el embarazo, existen riesgos incrementados para el bebé de quedar infectado con herpes, especialmente si es el primer brote para la mamá. Aunque raro, cuando un bebé se infecta, ocurre sólo cuando pasa a través del canal de parto infectado de la madre. Una infección de herpes puede causare serios problemas, como daño cerebral o problemas en los ojos. Si estás infectada con herpes por primera vez durante el embarazo, existen medicinas que pueden ayudar a reducir que la intensidad de los síntomas y su duración. Las mujeres que están infectadas por primera vez en la última etapa del embarazo tienen un riesgo del 30 al 60% de infectar al bebé. Esto se debe a que el sistema inmunológico de la madre no ha desarrollado anticuerpos contra el virus. Las mujeres que fueron infectadas antes de embarazarse tienen los anticuerp ...

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