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VIH y embarazo

VIH y embarazo El VIH causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Puedes infectar te con el VIH si los fluidos corporales de una persona infectada penetran en tu cuerpo. Los fluidos corporales que pueden propagar el SIDA son:

  • La sangre.
  • El semen.
  • Las secreciones vaginales.
  • La leche materna./li>
El contacto con estos fluidos corporales puede ocurrir durante las relaciones sexuales, al compartir jeringas para inyectarse drogas, o al amamantar. La infección también puede ocurrir si una persona entra en contacto con sangre que contiene el virus. Aunque es muy poco común, las transfusiones de sangre pueden propagar el virus. Una persona infectada con el VIH no se enferma de SIDA inmediatamente. El virus destruye el sistema inmunológico con el transcurso del tiempo. Poco después de quedar infectadas, algunas personas sufren de alguna enfermedad breve como la gripa. A medida que se debilita el sistema inmunológico, las personas infectadas con el VIH pueden tener pérdida de peso, cansancio y fiebre. La infección se denomina SIDA cuando la persona tiene ciertos síntomas causadas por un sistema inmunológico debilitado. También se denomina SIDA cuando el número de células CD4 de une persona disminuye a menos de cierto nivel. Estas células son las principales células del sistema inmunológico para combatir infecciones, e indican que tan fuerte o débil es un sistema inmunológico.

Con el paso del tiempo, la infección por el VIH puede resultar en una enfermedad grave. Debido a que el sistema inmunológico está débil, el cuerpo corre el riesgo de contraer infecciones peligrosas y ciertos tipos de cáncer. Pueden transcurrir meses o años antes de que el VIH se convierta en SIDA. Como los síntomas no se presentan de inmediato, la víctima no puede saber si tiene el virus o no. Alguien puede parecer saludable, tener el virus sin saberlo y puede transmitirlo a otras personas. No existe una vacuna para prevenir la infección de VIH y no existe una cura contra el SIDA. Sin embargo, existen medicamentos que pueden retrasar el desarrollo del SIDA después de la infección y ayudan a proteger al sistema inmunológico. También existen métodos para evitar que una mujer embarazada le transmita el virus a su bebé.

El VIH y el embarazo
Si estás embarazada y haz contraído el VIH, podrías transmitírselo a tu bebé durante el embarazo, durante el trabajo de parto, el parto mismo y al amamantar. Hay cosas que puedes hacer para ayudar a evitar que suceda, por tanto, es importante saber si estás infectada con el VIH en una etapa tan temprana del embarazo como sea posible. Si estás infectada con el VIH y no recibes tratamiento, el riesgo de que tu bebé se infecte es de un 33% aproximadamente, y si se agrega la lactancia se eleva hasta un 50%. Mediante ciertos tratamientos y opciones de alumbramiento, el riesgo se reduce a menos del 1% aproximadamente.

Pruebas
Como parte de la atención médica prenatal, todas las mujeres embarazadas deben realizarse análisis de sangre para detectar el VIH. La prueba más común detecta los anticuerpos al VIH en su sangre. Si el resultado de esta primera prueba es positivo, se realiza otra prueba para confirmarlo. Si el resultado de la prueba es negativo, significa que no se encontraron anticuerpos de VIH. Sin embargo, al cuerpo le toma tiempo producir suficientes anticuerpos como para ser detectados por la prueba. Si te infectaste recientemente, es posible que el resultado de la prueba sea negativo, por tanto, si crees que corre el riesgo de tener la infección, necesitas realizarte la prueba de nuevo durante el tercer trimestre. Debes realizarte la prueba del VIH tan pronto como sea posible durante tu embarazo. Te ofrecerán una prueba de detección de VIH junto con todas las demás pruebas que deben realizarse las mujeres embarazadas. Si el resultado es negativo, es posible que te ofrezcan otra prueba otra prueba de VIH en el tercer trimestre para asegurarse de que no tengas la infección. Las pruebas de VIH no indican si tienes SIDA, o si te enfermarás, ya que sólo indica si es portadora del virus. Si tienes alguna inquietud relacionada con esta prueba, habla con tu médico. Si la prueba es positiva, tu médico hablará contigo sobre las opciones de tratamiento. También es posible que te refiera a un médico especializado en el VIH.

Tratamiento
Las mujeres embarazadas infectadas con el VIH necesitan que se supervise de cerca su salud. Te harán pruebas para detectar otras infecciones, tales como enfermedades de transmisión sexual. Si tienes alguna otra infección, recibirás tratamiento. El riesgo de transmitirle el VIH a tu bebé depende, en parte, de tu carga viral, o cuánta cantidad de VIH hay en tu sangre. Se vigilará muy de cerca tu carga viral y los niveles de CD4 durante tu embarazo. Tanto una carga viral alta como un nivel bajo de células CD4 significa que existe un mayor riesgo de transmitir el VIH al feto. Se usan muchas combinaciones de medicamentos para controlas la infección por el VIH. Si una mujer con VIH ha estado tomando medicina para controlarlo, debe continuar el tratamiento durante el embarazo. Si no ha estado tomando medicamentos, debe esperar a hasta transcurrido el primer trimestre para comenzar. Los medicamentos ayudan a mantener baja la carga viral y a que sea menos probable que el bebé se infecte. Como con otros medicamentos, los que se usan para tratar el VIH pueden afectar el desarrollo del feto. Sin embargo, abandonar el tratamiento aumenta el riesgo de transmisión del virus hacia su bebé. La meta principal del tratamiento es que el bebé no se infecte con VIH.

Parto
Durante el embarazo, los dolores de parto y el parto mismo, el bebé queda expuesto a fluidos corporales que pueden transmitirle el virus. Cuando una mujer está en parto, se desgarran las membranas que rodean al bebé, y cuando esto sucede, puede aumentar el riesgo de la infección de VIH. Si piensas que se te han roto las membranas, infórmalo inmediatamente tu ginecólogo. Dependiendo de la carga viral, cuando la mujer toma medicamentos para tratar el VIH durante el embarazo y tiene un parto atendido en un hospital de alta especialidad, el riesgo de que su bebé se contagie se reduce a aproximadamente menos de 1%. Las mujeres con carga viral alta tienen las mayores probabilidades de beneficiarse de un parto por cesárea programado. Si la mujer está en parto y se desconoce si tiene el VIH, debe realizarse una prueba rápida de detección de VIH. Con esta prueba, el resultado está disponible al cabo de unas horas. Si el resultado es positivo, se pueden tomar medidas para tratar de evitar la propagación del VIH al bebé, sin embargo, un resultado positivo no significa que tenga el VIH. Aunque se realizará otra prueba, el resultado de esa prueba no estará listo rápidamente. Para estar segura, la mujer debe comenzar el tratamiento para evitar transmitirle el virus a su bebé durante el alumbramiento. Entonces debe esperar hasta que se confirme el resultado de la segunda prueba antes de amamantar.

Después de que nazca el bebé

Pruebas y tratamientos
Después de que nazca el bebé, le harán pruebas del VIH varias veces. Es posible que el bebé resulte positivo justo después de nacer, sin embargo, de llegar a suceder, no significa que el bebé tenga VIH. Muchos bebés tienen resultados positivos al principio y luego resultan negativos a los 6 meses de edad. Si la madre tomó medicamentos para el VIH durante el embarazo, el bebé recibirá tratamiento con medicamentos después de nacer. La primera dosis se administra de 8 a 12 horas después del parto y luego se administra una dosis cada 6 horas por 6 semanas.

La alimentación del bebé
Las mujeres con el VIH no deben amamantar, ya que podrían transmitirle la infección al bebé. Las mujeres con el VIH pueden alimentar a su ...

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