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Hepatitis B durante el embarazo

Hepatitis B durante el embarazo El virus de la hepatitis B es uno de los diferentes tipos de virus que atacan y dañan el hígado, siendo otros tipos la hepatitis A, C o D. El hígado es un órgano localizado en la parte superior del abdomen. El virus de la hepatitis B se transmite de persona a persona a través de fluidos infectados. Estos fluidos incluyen:

  • Sangre
  • Semen
  • Fluidos vaginales
  • Saliva
El virus se puede contagiar a través del contacto sexual, además de transmitirse a alguien que haya tenido contacto con la sangre de la persona infectada. Esta situación puede ocurrir de diferentes maneras, como, por ejemplo, compartir agujas con alguien que esté contagiado. También puede ser transmitido durante el parto. Las personas infectadas están en riesgo de contraer muchos problemas de salud. El virus infecta el hígado y puede causar hepatitis crónica, la cual puede ser amenazante. Las personas con hepatitis crónica tienen un riesgo mayor de tener ciertos tipos de enfermedades en el hígado, como cirrosis y cáncer en el hígado.

Los síntomas de hepatitis pueden incluir:
  • Fatiga
  • Pérdida de apetito
  • Náusea
  • Ojos y piel amarillenta
  • Orina oscura
  • Hinchazón del hígado
  • Dolor muscular
La mayoría de las personas que tienen hepatitis se vuelven inmunes a ella después de que hayan pasado por ella. En este punto, ya no pueden transmitirla a otros. Algunas personas infectadas con el virus no se vuelven inmunes a éste, pero no muestran signos de infección, por lo que se les llama portadores, ya que como quiera pueden propagar el virus, aún si no tienen síntomas. Una mujer portadora puede transmitirle el virus a su bebé al momento del parto. Los portadores a veces pueden desarrollar la enfermedad posteriormente.

Efectos durante el embarazo
Cuando una mujer embarazada está infectada con el virus de la hepatitis B, existe la posibilidad de que se infecte su bebé. Cuándo se infecte el bebé depende de cuándo ocurrió la infección. Si fue al inicio del embarazo, las posibilidades son menos del 10% de que el bebé se infecte. Si fue al final del embarazo, existe una posibilidad hasta del 90% de que el bebé se infecte. La hepatitis puede ser severa en los bebés incluso amenazar sus vidas. Los bebés que parecen estar bien pueden tener riesgos serios problemas de salud. Los recién nacidos infectados tienen un riesgo muy alto, cerca del 90% de volverse portadores. Ellos, también, pueden transmitir el virus a otras personas. Cuando se vuelven adultos, estos portadores tienen un riesgo de 25% de morir de cirrosis o cáncer del hígado.

Examinándose por el virus
Un examen de sangre puede mostrar si alguien ha sido infectado con el virus de hepatitis B. Para este examen, una pequeña muestra de sangre se remueve para buscar una proteína especial llamada antigeno, la cual se encuentra en la sangre infectada con el virus. Si el resultado de tu examen es negativo, significa que no fuiste infectada con el virus al momento en el que se hizo la prueba. Si el resultado es positivo, significa que fuiste infectada con el virus y que puedes infectar a otros, lo cual incluye a tu bebé si estás embarazada. Tu ginecólogo va a querer hacerte más pruebas para revisar que tu hígado siga saludable. Un resultado positivo significa que tus hijos, tu pareja sexual, y otras personas viviendo en tu casa están en riesgo de infectarse. Se les debe decir que se deben examinar y vacunar, y van a necesitar decidir si realizarse las pruebas y vacunarse. Todas las mujeres embarazadas deben ser examinadas para detectar el virus. Las pruebas deben realizarse lo suficientemente pronto para dar tiempo al tratamiento para el bebé y para el resto de tu familia si el resultado de tu prueba es positivo.

Prevención del virus de Hepatitis B
Existen varios pasos que puedes seguir para intentar prevenir la infección de hepatitis B. Una cosa que puedes hacer es practicar el sexo de modo seguro. El uso de condones durante el coito ayuda a prevenir la infección de hepatitis B, además de prevenir otras infecciones de transmisión sexual (ITS), como el virus de de inmunodeficiencia humana (VIH), que es el virus que causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). No compartas agujas utilizadas para inyectar drogas, ya que compartir las agujas incrementa enormemente las probabilidades de contraer el virus. Otra manera de prevenir la infección con el virus es vacunarte. Una vacuna es un tipo de medicina que se te da, por lo general en inyección, para prevenir que contraigas cierto tipo de enfermedad. La vacuna contra el virus de la hepatitis B activa el sistema inmunológico para hacer anticuerpos, los cuales atacan al virus si te expones a él. La vacuna no va a protegerte contra otros tipos de hepatitis y no va a ayudar a personas que ya están infectadas con el virus de la hepatitis B.

La vacuna es segura de usar durante el embarazo. No existe ningún riesgo de contraer hepatitis u otra enfermedad, como el SIDA, al vacunarse. Se da en tres dosis: la primera dosis es seguida por la segunda dosis después de un mes y la tercera dosis después de 6 meses. En algunos casos, tu ginecólogo también te puede dar inmunoglobulina de la hepatitis B (HBIG). Ésta contiene anticuerpos contra el virus, lo cual te va a proteger contra el virus hasta que la vacuna active a tu cuerpo para que forme sus propios anticuerpos. La HBIG también puede ser usada durante el embarazo. Cualquiera puede ser infectado con el virus de hepatitis B. Algunas personas, sin embargo, tienen un riesgo mayor de contraer la infección (ver recuadro). Todos los adolescentes de edad entre los 13 y los 18 años que no han sido vacunados deben vacunarse para protegerse, proteger a sus parejas sexuales, y a cualquier hijo que puedan tener después. Todos los niños deben tener la vacuna para la hepatitis B. Si estás embarazada y tienes el virus, a tu bebé se le va a dar HBIG después de nacer. Tu bebé también va a recibir la primera dosis de la vacuna. Dos dosis más de vacuna se van a dar después, una al mes o a los dos meses de edad y una a los seis meses de edad. Este plan es una forma efectiva de prevenir a los bebés de volverse portadores del virus de hepatitis B. Si has recibido un resultado negativo, tu bebé debe recibir la primera dosis de vacuna antes de dejar el hospital. Si no se le puede dar entonces, debe darse dentro de un rango de dos meses. Revisa con el ginecólogo de tu bebé cuándo se deben aplicar las dosis dos y tres. Si no fuiste examinada, tu bebé debe tener la primera dosis de vacuna y después debes ser examinada. El resto del tratamiento del bebé depende de tus resultados.

Resumiendo...
La infección con el virus de hepatitis B puede dañar tu salud. El examen es una manera fácil y segura de saber si has sido infectada con el virus. Si los resultados del examen son negativos, pero tienes riesgo de contraer el virus, debes recibir una vacuna contra el virus de hepatitis B para protegerte. La infección del virus también puede lastimar a tu bebé. Por este motivo, todas las mujeres embarazadas deben ser examinadas para detectar el virus. Si tienes un resultado positivo, tu bebé va a ser tratado justo después de nacer. Todos los recién nacidos tienen que ser vacunados.

Fuente: Instituto Mexicano de Infectología Ginecología y Obstetricia y American College of Obstetricians and Gynecologists.

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