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¿Cómo cuidar tu embarazo?

¿Cómo cuidar tu embarazo? La consulta prenatal tiene por finalidad cuidar tu salud y la de tu hijo durante el embarazo. Trabajando juntos, a través de la consulta prenatal, tú y tu ginecólogo pueden dirigir sus esfuerzos para mantener tu salud y lograr el nacimiento de un niño sano.

Debes acudir a consultar en cuanto sospeches que estás embarazada, no obstante el momento óptimo de consultar al ginecólogo sería cuando planees un embarazo. Esta recomendación es muy importante, incluso aunque ya hayas tenido antes una gestación sin problemas, ya que no hay dos embarazos iguales.

La primera consulta prenatal es la más larga y detallada ya que se realizará el historial clínico y la exploración física, se solicitarán las pruebas de laboratorio y se programarán las consultas sucesivas y cualquier otra prueba especial que puedas necesitar. Durante la consulta debes comentar con tu ginecólogo cualquier duda que tengas, realiza cuantas preguntas quieras con libertad. Las consultas periódicas a lo largo de la gestación son la clave de la asistencia prenatal. Debes acudir aunque te encuentres bien, ya que pueden surgir complicaciones que no producen síntomas.

Historial clínico
Con el historial clínico se obtiene información sobre tu salud, la de tu familia, la evolución de tus anteriores embarazos, si es el caso, tu historia menstrual (fecha de la última regla, ritmo de las menstruaciones, y uso de métodos anticonceptivos) y tu estilo de vida y hábitos personales que pueden causar problemas durante el embarazo, tales como el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas, así como la exposición de factores ambientales peligrosos. Estos datos son importantes para poder detectar problemas que puedan ocurrir más adelante. El informe que se elabora con esos datos queda recopilado en el historial clínico y es de carácter confidencial.

Exploración física
Tras la elaboración del historial clínico, se realizará una exploración física, donde se medirá tu peso, talla y tensión arterial, y se examinarán otras partes de tu cuerpo. También es posible que se requiera explorar tus órganos genitales. Aunque te pueda resultar incómodo, esta exploración es importante, pues permite conocer el tamaño del útero y el estado del cuello uterino así como la toma de muestras y cultivos vaginales.

Pruebas de laboratorio
Durante el embarazo se pueden realizar varias pruebas de laboratorio (grupo sanguíneo y factor Rh, análisis de sangre y orina, etc.). Algunas se realizan en una sola ocasión, pero otras se repetirán de nuevo más adelante. Además de los análisis habituales, se te puede indicar la conveniencia de realizar otras pruebas, según tus antecedentes familiares, ginecólogos o reproductivos, o de la evolución de tu embarazo.

Consultas sucesivas
Las consultas sucesivas son, por lo general, de menor duración. Son útiles para conocer la evolución de tu embarazo, valorar el crecimiento del feto, e intentar resolver los problemas que puedas presentar. La frecuencia con que debes acudir a la consulta depende de la evolución de tu embarazo. Durante cada consulta, debes informar sobre los síntomas o signos que hayas notado. No es necesario realizar pruebas de laboratorio o un tacto vaginal en cada consulta; tu ginecólogo te indicará cuando es aconsejable. La consulta prenatal es el momento más adecuado para que preguntes aquellas dudas que tengas y recibas consejo sobre tu estilo de vida.

Embarazo de alto riesgo
Un embarazo es de alto riesgo cuando un problema que afecta a tu salud o a la de tu feto puede ocurrir con una frecuencia mayor de la habitual. El problema puede ser causado por una enfermedad o condición que, o ya tenías antes de comenzar el embarazo, o aparece a lo largo del embarazo, e incluso durante el parto. En un pequeño número de mujeres que tienen un embarazo de alto riesgo, ocurren la mayoría de los problemas que pueden afectar a la salud de la madre y del hijo. Como los problemas pueden aparecer en cualquier momento, el riesgo debe ser valorado a lo largo de toda la gestación. Por este motivo, una mujer con un embarazo de alto riesgo puede necesitar una asistencia prenatal más estrecha y acudir a consulta con más frecuencia; sigue las recomendaciones que te haga el ginecólogo.

Pruebas Especiales
Según tus antecedentes, la evolución de tu embarazo o del resultado de las pruebas habituales, se te puede recomendar realizar otras pruebas para conocer tu estado de salud o el de tu feto, tales como ecografía, monitorización de la frecuencia cardiaca fetal, diagnósticos prenatales para defectos congénitos, etc.

La ecografía o ultrasonido crea una imagen de tu hijo a partir de ondas ultrasónicas, que se visualizan en un monitor de televisión. Tu ginecólogo te indicará si es necesario realizar una exploración y cuál es el momento más adecuado.

La monitorización de la frecuencia cardiaca fetal se realiza colocando sobre tu abdomen un transductor que recoge los movimientos fetales o las contracciones del útero.

Diagnóstico prenatal
Aunque la mayoría de los niños nacen sanos, alrededor de un 3% nacen con un defecto congénito. La causa de las anomalías congénitas no siempre se conoce. Ciertas parejas tienen un riesgo más elevado que el resto de tener un hijo con un defecto congénito al nacer. Por ejemplo, las que ya han tenido un hijo con una anomalía congénita que puede volver a repetirse, cuando existe un historial de alguna enfermedad genética en la familia, o a partir de cierta edad de la madre. Si te encuentras en alguna de estas circunstancias, la consulta del diagnóstico prenatal te puede resultar útil. En ella se te preguntará sobre antecedentes familiares, que debes recordar hasta donde sea posible. Estos datos te ayudarán a determinar el riesgo que tienes dentro de tu embarazo actual. Además, cuando el riesgo es lo suficientemente alto, tu ginecólogo te puede indicar que existen procedimientos que te pueden confirmar si tu feto está afectado o no.

Las pruebas, tales como la amniocentesis, biopsia de vellosidades coriales y pruebas de sangre, tienen un pequeño riesgo de complicaciones por lo que sólo se realizarán cuando existan suficientes factores de riesgo. Rutinariamente se realizan dos valoraciones ultrasonográficas de tercer nivel en el primer trimestre y al final del segundo trimestre que no generan riesgos para tu bebé y que aporta una gran cantidad de información sobre posibles problemas. Mediante ellas es posible investigar una enfermedad en concreto, pero no es posible diagnosticar todos los problemas posibles.

Fuente: Instituto Mexicano de Infectología Ginecología y Obstetricia y American College of Obstetricians and Gynecologists.

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